Light

domingo, 10 de enero de 2010
A la luz de la noche, no pude verte todo lo bien que
quise. Pero te sentí.
Y no había duda.
Eras tú.
Creí haberte olvidado, pero fue el destino, o la casualidad, el encargado de recordarme que aún
te amaba. Cuando ya había perdido la esperanza, y había olvidado, apareciste.
Fue un momento confuso, que no ha dado pie a una
gran y épica entrada. Sin embargo, lo que llevo yo dentro... es indescriptible.
Creí haberme olvidado de la otra mitad de mi alma. Y el destino me recordó que eso no puede hacerse.
Quién sabe... Tal vez entre toda esta niebla, a la vuelta de la esquina, aún estés tú esperándome, y pueda bañarme aún en sueños de esperanza.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

....enamorada??

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